La Temporada empezó con dudas, sin inversión y un entrenador que llevaba múltiples jornadas sin ganar en su anterior equipo.
Cinco jornadas tardó en ganar su primer partido y poco a poco parecía consolidar al equipo. 36 puntos en 27 partidos, con los mismos puntos que el octavo, que daría puesto en Europa. Incluida victoria sobre el Betis con un Lukebakio en plan estrella.
Pero a Pimienta le pasó lo mismo que en Las Palmas, se le cayó el equipo y ni Caparrós pudo enderezar el rumbo. 5 puntos en 11 jornadas firmaron la salvación, más por demérito ajeno y mucho por la afición en una auténtica final, precisamente contra las Palmas, con cierta indulgencia arbitral de la que no estamos acostumbrados, ya que una dubitativa salida de Nyland por poco nos da la puntilla.
Mucho habría que cambiar y no estamos en buenas manos. Cuando el equipo tenía beneficios se repartían dividendos, ahora que acumula pérdida tras pérdida se lo llevan en forma de sueldos de gran ejecutivo y demás dádivas. Con una ruina en lo económico y acumulando préstamos e intereses la situación va a peor, con la única esperanza que la realidad se revierta.