Después de que Mendilibar convirtiera la peor temporada de los últimos 20 años en un nuevo éxito. Teníamos un bonus vía champions de enmendar nuestra descompensada plantilla. Faltaba frescura y la mayor calidad estaba en jugadores muy veteranos. Los refuerzos llegaron tarde y con poco talento. La única venta importante, Bono.
En pretemporada nos encontramos con una final igualada contra el City, perdida en los penaltis. Fue un espejismo que nos hizo volver a soñar con un Sevilla Grande. Si sin fichajes competimos con el City y ganamos con sufrimiento la UEFA CONMEBOL...
El equipo empezó compitiendo contra todos los rivales. Las malas actuaciones de Dimitrovic y algunas decisiones arbitrales empeoraron los resultados. Echando a Mendilibar, se acabó la posibilidad de hacer algo en Champions y el equipo se hunde hasta el fondo de la clasificación con su sustituto, el peor entrenador de la historia, cuyo nombre no quiero acordarme.
Por no ser negativo, remarcaría que por fin la cantera tuvo la oportunidad de jugar. Tras la mediocridad de las nuevas incorporaciones y la salida por la puerta de atrás de jugadores estandartes como Rakitic o Fernando. Juanlu, Kike Salas, Isaac, más Navas y Ramos (que se reconcilió con la afición) mantuvieron a flote el equipo con el nuevo entrenador, Quique Flores, apoyados en los goles de nuestro goleador marroquí y Nyland, portero seguro.
Una vez salvados, Quique no pudo evitar que el equipo se pusiera las chanclas, firmando un final de temporada que deslució su trabajo.
Se acabaron las vacas gordas sin Europa...
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